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15 febrero, 2014

7th La planta

    A Song:   http://www.youtube.com/watch?v=gc7SfWGT-ak



    Cuando no sientes nada no hay más; eso de que al no sentir nada estás sintiendo algo no vale, por muy ambiguo que suene. Se refleja por medio de la indiferencia o de la expresión “me da igual”. Te conviertes en poco más que una planta o un hongo cuyas emociones están en entredicho. La naturaleza nos dio a nosotros, los seres humanos, la capacidad de sentir de la manera más fuerte que se pueda medir en este planeta, o por lo menos, la capacidad de expresar estos sentimientos más fuerte que cualquier otro ser vivo. Pero hay esas épocas de la vida en la que esta capacidad innata se volatiliza y eso, que nos volvemos plantas. Puede ser que creamos que no hay nada por lo que o quien existir sin saber, que la única persona que nunca se separará de ti, serás tú mismo/a. Pero si de verdad alguien te quiere, te aprecia y te valora, estará a tu lado por mucho que vuestros caminos se separen, por mucho que estéis sin hablar, por mucho que no os veáis. Y cuando menos te lo esperes aparece para ayudarte. Porque no estamos solos.

Allí donde terminaban las raíces del bosque maldito y los pequeños brotes verdes empezaban a crecer sanos y puros, se encontraba la frontera de un reino peculiar y extravagante a la vez que perdido y desconocido. Un lugar de ensueño. Con vecinos reservados, dedicados a sus tareas hogareñas y campestres. Ninguno estaba acostumbrado a ver llegar extranjeros a aquellas tierras por lo que no eran gente hospitalaria sino más bien personas reservadas y desconfiadas.

En lo alto de la colina, se erigía majestuoso un castillo, levantado con la misma piedra que había sido extraída de la montaña para habilitar el lugar físico donde la mole había sido construido. Desde las almenas, se conseguía ver el vasto terreno que se extendía por el horizonte; todavía virgen de la acción del hombre. Los soldados rondaban por toda la fortaleza cumpliendo su deber de protección aunque hacía ya muchos años que no conocían el peligro. La entrada principal estaba flanqueada por una gran puerta, abierta la mayor parte del tiempo, sujeta por unas fuertes cadenas de hierro oxidadas pero igual de efectivas. Los jardines interiores mostraban una profunda controversia con el resto del reino en cuanto belleza, lujo y obstentación. Algunos árboles y matojos habían crecido pese a la poca fertilidad de la tierra,muy pedregosa.


Desde lo alto de una almena, la Reina miraba nostálgica hacia el horizonte; su cuerpo posiblemente se encontraba allí, pero su cabeza estaba muy lejos,en otro tiempo. Y cada día volvía a recordar aquel momento de su juventud, como si supiera que en aquel instante de su vida había condicionado todo su futuro, tan triste ahora.[+]

[to be continued]